En este mes de abril visitamos diversas organizaciones que participan del proyecto Euroclima+ Acción Climática Participativa (ACP) en Argentina, para presentarles una herramienta de trabajo importante para la gobernanza ambiental participativa, el Protocolo contra la Violencia de Género.
El Programa Euroclima+ acompaña a los países latinoamericanos en el fortalecimiento de su gobernanza climática y el diseño, actualización e implementación de políticas climáticas. Una de sus líneas estratégicas es “Género y grupos vulnerables”, que está orientada al fortalecimiento en la integración de la perspectiva de género y la participación de grupos vulnerables, pueblos indígenas y comunidades locales, en políticas, planes de acción y otras medidas relacionadas con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC).
En este marco, Fundación Plurales, socio ACP Argentina, impulsó el diseño y la implementación de un Protocolo contra la Violencia de Género para las organizaciones gubernamentales, campesinas e indígenas de la región del Gran Chaco. Este protocolo genera un marco reglamentario y procedimental ante situaciones de violencia que tengan lugar al interior o exterior de cada organización.
¿En qué consiste el Protocolo? El protocolo no se refiere a casos concretos, sino que resume el marco normativo nacional e internacional en relación a géneros; tiene consideraciones generales sobre los objetivos; el ámbito de alcance y un pequeño mapa de procedimiento ante situaciones de violencia. Este documento se orienta a construir espacios seguros y libres de violencia contra la mujer; evitar la revictimización una vez que se tiene conocimiento de una situación de violencia; asegurar personal especializado encargado de la implementación y seguimiento del protocolo; consentimiento informado en los procesos de atención a las personas en situación de vulneración de derechos humanos; asegurando confidencialidad.
La actuación del protocolo tendrá lugar en los ámbitos en donde todos los integrantes de cualquier organización se desempeñen, así como también en los territorios y comunidades con las cuales se trabaja. Oficina, lugar de trabajo, viajes, campo, territorio, reuniones de trabajo, internas y con otras organizaciones, en las comunidades territoriales, en encuentros y en la vinculación y articulación con otras organizaciones. En el caso del mapa de procedimiento, se refiere a la búsqueda óptima, estructural y enfocada en acciones propositivas: prevención, para evitar que algo ocurra, y reparación, en caso de que suceda.
La recepción del protocolo en territorio chaqueño
El Protocolo fue presentado por Fundación Plurales a los coordinadores de las organizaciones socias de ACP como una herramienta transversal de trabajo de perspectiva de género, para que sea adaptado a la realidad de los países chaqueños, y contemplado en el trabajo con las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. “Esta herramienta presenta acciones concretas para prevenir y enfrentar las diversas violencias a las que las mujeres y las disidencias estamos expuestas en las organizaciones, y lo hace desde una perspectiva de género e interseccional que apunta a permear el día a día de las organizaciones, en la toma de decisiones, en las actividades territoriales, en las vidas cotidianas. Este paso es clave para la gobernanza ambiental participativa que venimos impulsando en la región chaqueña”, señaló Paula Juarez, coordinadora de ACP Argentina.
Asimismo, este abril 2021, el Protocolo fue presentado y puesto a debate en las organizaciones campesinas (APPA; OCCAP; Asociación La Candelaria, Frente de Mujeres del Salado Norte) de los territorios de la zona del río Salado Norte en la provincia de Santiago del Estero. Este territorio fue seleccionado para iniciar el proceso de adopción del protocolo dado un caso de violencia de género en una de las organizaciones de ACP, esta realidad alertó sobre la necesidad de fortalecer más a las organizaciones en este tema en las zonas rurales y brindar instrumentos para hacerlo.
La recepción del protocolo fue muy celebrada, especialmente por las mujeres de las organizaciones que relataron las dificultades que tienen al hacer denuncias en la policía y para acceder a la justicia. A su vez, algunas exclamaron: “Porque por ahí son temas de los que hacen chistes, y no es un chiste. Yo tengo hijos y no quiero eso para mis hijos”.
Fundación Plurales propuso que cada una de las organizaciones campesinas de ACP lo conversarán hacia adentro, que propusieran ajustes, que hicieran preguntas y que tomaran el compromiso colectivo de firmar ese documento. La idea del protocolo fue presentada como un “documento vivo” que requiere de ida y vuelta de trabajo. “Lo hacemos extensivo a las organizaciones con las que trabajamos, la idea es que lo firmen y sea un acuerdo colectivo de trabajo”, explica Verónica Luna, facilitadora y monitora del proyecto ACP en esa zona.
Las mujeres participantes resaltaron lo fundamental de poder trabajar la violencia de género hacia adentro y en el cruce con otros espacios como los gobierno locales. Dejar sentado qué no vamos a tolerar, o qué no vamos a callar más, fue parte de las afirmaciones. “No hay que naturalizar más esas cosas. Como Santiago del Estero es así, no cambiamos nada, no”, dijo una joven mujer, dando paso a interpelar la naturalización de las cosas, de las violencias que viven las mujeres sobre sus cuerpos territorios.
El protocolo, para Fundación Plurales, es una forma de apoyar el fortalecimiento de las capacidades institucionales en el tema y desarrollar herramientas prácticas para aumentar el enfoque de género, la participación, la consulta de mujeres y disidencias. No hay gobernanza ambiental participativa, sin perspectiva de género.